En tu sensibilidad está también tu fortaleza
En las últimas semanas, vengo hablando de la importancia que las 𝗰𝗼𝗻𝗲𝘅𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗽𝗿𝗼𝗳𝘂𝗻𝗱𝗮𝘀 tienen para nosotras las PAS. Nos traen bienestar y plenitud así como dolor intenso. Así sentimos todo, la alegría y la tristeza, con intensidad.
Si elegimos el 𝗰𝗮𝗺𝗶𝗻𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗔𝗺𝗼𝗿 y lo pongo en mayúsculas porque abarca todo tipo de vínculos, nos hacemos 𝗰𝗮𝗻𝗱𝗶𝗱𝗮𝘁𝗮𝘀 𝘁𝗮𝗺𝗯𝗶𝗲́𝗻 𝗮𝗹 𝗱𝗼𝗹𝗼𝗿. Así es la vida, si me abro al Amor, también me abro al dolor, a las experiencias de pérdida. Sin apertura al dolor, no hay Amor real, no hay conexión profunda posible, no hay amistad, no hay pareja ni otros vínculos significativos.
Cuando se produce la 𝗿𝘂𝗽𝘁𝘂𝗿𝗮 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝘃í𝗻𝗰𝘂𝗹𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗳𝘂𝗲 𝘀𝗶𝗴𝗻𝗶𝗳𝗶𝗰𝗮𝘁𝗶𝘃𝗼, incluso aunque fuera insatisfactorio, el dolor asoma y se ponen en marcha muchas emociones, algunas pueden ser liberadoras, como la sensación de esperanza y apertura al futuro o un nuevo comienzo pero también aparecen emociones muy incómodas como miedo, culpa, rabia, vergüenza, sensación de fracaso, etc.
Y es que la vida parece que tiene 𝘀𝘂𝘀 𝗽𝗿𝗼𝗽𝗼́𝘀𝗶𝘁𝗼𝘀, que a veces nos resultan muy 𝗲𝘅𝘁𝗿𝗮ñ𝗼𝘀 𝗲 𝗶𝗻𝗰𝗼𝗺𝗽𝗿𝗲𝗻𝘀𝗶𝗯𝗹𝗲𝘀 porque van por caminos muy distintos a los de nuestros deseos personales.
Es por esto que necesitamos, además de invertir con fuerza en aquello que nos llena, que nos nutre, en lo que deseamos y queremos, hacerlo también en 𝘀𝗶𝗻𝘁𝗼𝗻𝗶𝘇𝗮𝗿𝗻𝗼𝘀 de algún modo con lo que la vida nos trae, con aquello que es difícil de vivir y acoger pero que forma parte del proceso de la vida. Renunciar a las conexiones profundas, al Amor, por miedo a que nos rompan el corazón, nos deja en una vida muy gris.
𝗣𝗿𝗲𝗽𝗮𝗿𝗲́𝗺𝗼𝗻𝗼𝘀 𝗲𝗻𝘁𝗼𝗻𝗰𝗲𝘀 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗮𝗰𝗼𝗴𝗲𝗿 𝗲𝗹 𝗱𝗼𝗹𝗼𝗿 de la mejor forma posible pero sin renunciar al Amor, a la plenitud, a la conexión, preparémonos para 𝗮𝗰𝗼𝗴𝗲𝗿 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮 𝘃𝘂𝗹𝗻𝗲𝗿𝗮𝗯𝗶𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 porque no olvides que 𝗲𝗻 𝘁𝘂 𝘀𝗲𝗻𝘀𝗶𝗯𝗶𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗲𝘀𝘁𝗮́ 𝘁𝗮𝗺𝗯𝗶𝗲́𝗻 𝘁𝘂 𝗳𝗼𝗿𝘁𝗮𝗹𝗲𝘇𝗮, sólo necesitas conectar con ella.