El valor social de la alta sensibilidad
La línea científica actual afirma, que la sensibilidad del procesamiento sensorial o alta sensibilidad está presente en el 20% de la población por motivos evolutivos, es decir, es necesario para la supervivencia de la especie humana.
La dimensión social de la alta sensibilidad es enorme como podréis imaginar. El procesamiento profundo de la información social y la gran capacidad para la empatía de las PAS puede servir para la cooperación y en bienestar de la sociedad. Ese es el gran valor social de la alta sensibilidad.
Hoy leía un artículo de una revista digital cubana y en él se hace una llamada a la solidaridad y sensibilidad que los cubanos tienen como señas de su identidad, no sólo ante la situación económica actual en todo el mundo sino como dice el artículo: “… 𝘢𝘥𝘦𝘮𝘢́𝘴 𝘢 𝘭𝘢𝘴 𝘰𝘵𝘳𝘢𝘴 𝘴𝘦𝘤𝘶𝘦𝘭𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘦𝘴𝘤𝘢𝘴𝘦𝘻 𝘺 𝘴𝘶𝘴 𝘮𝘢𝘯𝘪𝘧𝘦𝘴𝘵𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘦𝘨𝘰í𝘴𝘮𝘰, 𝘪𝘯𝘴𝘦𝘯𝘴𝘪𝘣𝘪𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥, 𝘪𝘯𝘥𝘪𝘧𝘦𝘳𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢, 𝘮𝘢𝘭𝘵𝘳𝘢𝘵𝘰 𝘺 𝘩𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘥𝘦 𝘤𝘩𝘢𝑝𝘶𝘤𝘦𝘳í𝘢. 𝘛𝘰𝘥𝘢𝘴 𝘰𝘤𝘢𝘴𝘪𝘰𝘯𝘢𝘯 𝘮𝘢𝘭𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳 𝘺 𝘦𝘴𝘵𝘪𝘮𝘶𝘭𝘢𝘯 𝘢𝘤𝘵𝘪𝘵𝘶𝘥𝘦𝘴 𝘰𝑝𝘶𝘦𝘴𝘵𝘢𝘴 𝘢 𝘭𝘢 𝘴𝘰𝘭𝘪𝘥𝘢𝘳𝘪𝘥𝘢𝘥..."
Hechos que denuncia el artículo cubano pero que presenciamos en nuestro modelo de sociedad occidental también:
"En 𝘭𝘢 𝘊𝘢𝘫𝘢 𝘥𝘦 𝘢𝘩𝘰𝘳𝘳𝘰𝘴, 𝘭𝘢 𝘢𝘯𝘤𝘪𝘢𝘯𝘢 𝑝𝘳𝘦𝘨𝘶𝘯𝘵𝘢 𝘴𝘪 𝘩𝘢𝘺 𝑝𝘳𝘪𝘰𝘳𝘪𝘥𝘢𝘥 𝑝𝘢𝘳𝘢 𝘭𝘰𝘴 𝘫𝘶𝘣𝘪𝘭𝘢𝘥𝘰𝘴 𝘺 𝘦𝘭 𝘩𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘥𝘦 𝘶𝘯𝘰𝘴 40 𝘢ñ𝘰𝘴 𝘳𝘦𝘴𝑝𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘵𝘢𝘫𝘢𝘯𝘵𝘦: “𝘌𝘴 𝘭𝘢 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘢 𝘤𝘰𝘭𝘢”. “𝘌𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘰𝑝𝘦𝘳𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰́𝘯”, 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘦𝘹𝑝𝘭𝘪𝘤𝘢𝘳 𝘭𝘢 𝘴𝘦ñ𝘰𝘳𝘢. 𝘠 𝘰𝘵𝘳𝘢 𝘷𝘦𝘻 𝘦𝘭 𝘵𝘰𝘯𝘰 𝘤𝘰𝘳𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦: “𝘚𝘪 𝘯𝘰 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦 𝘤𝘢𝘳𝘯𝘦́ 𝘥𝘦 𝘪𝘮𝑝𝘦𝘥𝘪𝘥𝘰 𝘧í𝘴𝘪𝘤𝘰 𝘯𝘰 𝘷𝘢 𝘢 𝑝𝘢𝘴𝘢𝘳”. 𝘛𝘰𝘥𝘰𝘴 𝘤𝘢𝘭𝘭𝘢𝘯 𝘺 𝘰𝘵𝘰𝘳𝘨𝘢𝘯”.
La sensibilidad, es el remedio contra este fenómeno que no debe naturalizarse nunca. Es interés, preocupación, colaboración y entrega generosa hacia los demás. Todos los seres humanos disponemos de una sensibilidad, pero si no hacemos uso de ella con los demás, las angustias cotidianas irán en aumento y sin fin.