Dificultad en el manejo del exceso de información sensorial
Situación: estoy con un amiga en una cafetería en estos días navideños, la cafetería está llena de personas, suena música y trato de concentrarme en lo que me cuenta mi amiga, que en este caso tiene mucho contenido emocional. Atiendo a lo que me dice pero también a sus gestos. Por el rabillo del ojo, estoy viendo el árbol de navidad con unas luces que parpadean como locas, la señora de al lado habla alto (escucho lo que dice…), hay un niño que llora… yo creo que me ha dado tiempo a fijarme en el contenido de la canción que suena… ufff, no puedo más…
Lo ideal es no tener que experimentar tanta 𝘀𝗼𝗯𝗿𝗲𝗲𝘀𝘁𝗶𝗺𝘂𝗹𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 pero a veces hay que hacerlo y te ves de pronto metida allí… siempre existe la posibilidad de irte pero el resto de los sitios va a estar igual estos días… así que lo intentas…
𝗟𝗮 𝗰𝗮𝗻𝘁𝗶𝗱𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝘁í𝗺𝘂𝗹𝗼𝘀 𝗿𝗲𝗰𝗶𝗯𝗶𝗱𝗮 no nos permite procesar todos de una manera adecuada y entonces nos saturamos. Esto puede ocurrir de pronto o puedes ir dándote cuenta. Ante una situación como ésta, vamos a necesitar más que una no PAS, del 𝗱𝗲𝘀𝗰𝗮𝗻𝘀𝗼, 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗱𝗲𝘀𝗰𝗼𝗻𝗲𝘅𝗶𝗼́𝗻, 𝗱𝗲𝗹 𝘀𝗶𝗹𝗲𝗻𝗰𝗶𝗼 𝗼 𝗿𝗲𝘁𝗶𝗿𝗮𝗿𝗻𝗼𝘀 𝗮 𝘂𝗻 𝗹𝘂𝗴𝗮𝗿 𝗰𝗼𝗻 𝗺𝗲𝗻𝗼𝘀 𝗲𝘀𝘁í𝗺𝘂𝗹𝗼𝘀.
Nuestro cerebro es como un colador pero de agujeros grandes, con lo que 𝗮𝗯𝘀𝗼𝗿𝗯𝗲𝗺𝗼𝘀 𝗺𝘂𝗰𝗵𝗮 𝗺𝗮́𝘀 𝗶𝗻𝗳𝗼𝗿𝗺𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 a través de los sentidos y por lo tanto nos sobreestimulamos antes. En esta situación si se prolonga, nos estresamos y no disfrutamos de la información que recibimos e incluso llegamos a sentir, 𝗮𝗴𝗼𝗯𝗶𝗼, 𝗮𝗻𝘀𝗶𝗲𝗱𝗮𝗱, 𝗶𝗿𝗿𝗶𝘁𝗮𝗯𝗶𝗹𝗶𝗱𝗮𝗱, etc.
De ahí que sea tan importante el autoconocimiento. Sólo si nos conocemos bien, y en este caso, conocemos bien el rasgo, podremos aprender a manejar aquellas situaciones que nos presenten una mayor dificultad.