Detenerme y observar lo que sucede
Hoy no te voy a contar nada que no sepas, más bien, mi propósito es recordarte algo, hacer que te percates.
Hay 𝘂𝗻 𝗲𝗷𝗲𝗿𝗰𝗶𝗰𝗶𝗼 que intento practicar cuando me noto más 𝗽𝗿𝗲𝗼𝗰𝘂𝗽𝗮𝗱𝗮, con la cabeza muy ocupada, con muchos “𝗱𝗲𝗯𝗲𝗿í𝗮𝘀”, en definitiva, cuando estoy en el 𝗽𝗮𝘀𝗮𝗱𝗼 𝘆 𝗲𝗹 𝗳𝘂𝘁𝘂𝗿𝗼.
Cuando las palabras deprisa, actuar o hacer llevan un tiempo en mi cabeza, entonces 𝗺𝗲 𝗱𝗲𝘁𝗲𝗻𝗴𝗼 (siempre que sea posible, claro está), detengo todo movimiento u acción y me pongo a respirar conscientemente de forma más profunda.
- 𝗟𝗮 𝗿𝗲𝘀𝗽𝗶𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 es el primer paso y como podrás suponer, se trata de un ejercicio de 𝗮𝘁𝗲𝗻𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗽𝗹𝗲𝗻𝗮, a través de los sentidos.
- Y a continuación me propongo 𝗲𝗻𝗳𝗼𝗰𝗮𝗿𝗺𝗲 𝗲𝗻 𝗮𝗹𝗴𝘂́𝗻 𝗱𝗲𝘁𝗮𝗹𝗹𝗲 𝗱𝗲 𝗺𝗶 𝗲𝗻𝘁𝗼𝗿𝗻𝗼, el cielo, las nubes, el rostro de alguien a quien quiero… tú bien sabes, querida PAS que hay muchas cosas bellas por sencillas que sean, a las que podemos dirigir nuestra atención para salir de la mente parlanchina…
Seguramente luego vuelva a correr, a pensar en mil cosas pero al menos he logrado que durante un ratito mi mente respire, descanse, sonría…
¿Has probado este ejercicio en tu día a día como si se tratase de un pequeño paréntesis? ¿te funciona? ¿te has percatado de los cambios que se producen? Te leo en los comentarios.