La Alta Sensibilidad como fortaleza

Un rasgo de la personalidad es una predisposición a responder de un modo particular o lo que es lo mismo, la tendencia que tiene una persona de pensar, sentir y comportarse de un modo particular.

Cada ser humano posee un conjunto de rasgos que lo hacen único, y el de la Alta Sensibilidad es uno de ellos, por eso cada PAS es un mundo, aunque compartamos características que son ingredientes esenciales para poder hablar de Alta Sensibilidad.

Trabajar centrándonos en que una PAS desarrolle sus fortalezas, al tiempo que nos detenemos en los obstáculos  que encuentra en este camino, me parece la manera más terapéutica, práctica e inteligente de abordar la Alta Sensibilidad.

 

Las fortalezas de una PAS están ahí, si no visibles, como potencialidades a descubrir:

  • Somos  capaces de procesar la información recibida a través de los sentidos de una manera más profunda.

  • Somos más conscientes de los sonidos, los olores, las texturas, las imágenes y los sabores.

  • Somos reflexivas, creativas y con gran capacidad intuitiva.

Nos caracteriza una gran emocionalidad, es decir, sentimos con intensidad. Somos capaces de percibir los sentimientos de las personas porque tenemos una gran capacidad para la empatía, lo que nos permite poder ayudar a los demás. Tenemos una gran sensibilidad para captar las sutilezas, los detalles, ya sean microgestos en otras personas o darnos cuenta antes que nadie de que un cuadro está ligeramente torcido.

No hay luz sin sombra, ni fortaleza sin dificultad. Debido a la profundidad con que procesamos la información que recibimos, es fácil comprender que nos saturemos antes, nos sintamos cansadas y/o estresadas.

Solemos sentir la necesidad de agradar, dificultad para poner límites, para decidir, miedo a cometer errores, no soportamos las injusticias ni la violencia, nos sentimos afectadas por los cambios, somos perfeccionistas, etc. Si te das cuenta, son dificultades que pueden trabajarse, modificarse, no son inamovibles.

Es complicado en ocasiones, sentir que este rasgo es una fortaleza, sobre todo cuando sufrimos intensamente o nos sobreestimulamos, pero es importante no verlo como algo únicamente negativo, porque no lo es y además hay mucho que podemos hacer para sentirnos mejor, de ahí mi insistencia con la necesidad de autoconocimiento y aceptación de nuestro rasgo, no somos ni mejores ni peores que nadie.

Por lo tanto, cuando una persona busca mi orientación y apoyo, veo un ser humano con luces y sombras, potencialidades a descubrir y dificultades que trabajar. Si no sé cómo soy, qué necesito, cómo funciono, para qué, qué estoy evitando, etc., no puedo evolucionar, no puedo desarrollarme como persona.


Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz sino haciendo consciente su sombra.
— Carl Jung
 

Hola, soy Ana Curto, Terapeuta PAS.

Desde siempre me ha apasionado el mundo interior de las personas, aquello que no se ve a simple vista sino que se descubre con calma, paciencia y cariño.

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