Descubriendo que soy PAS
Descubrir que eres una persona con alta sensibilidad es todo un acontecimiento. Aún recuerdo cuando leí por primera vez el libro de Elaine Aron, descubridora del rasgo, hace años ya. Lloré todo lo que no está escrito, según avanzaba no podía creerme aquello que leía, por primera vez en mi vida, alguien me retrataba, explicaba lo que yo sentía y cómo lo sentía, lo que yo pensaba, lo que hacía y el para qué.
Lloré de alivio, de descanso. Lloré de toda la soledad sentida hasta entonces creyéndome diferente, rara. Lloré pensando también: ¿y ahora qué?. Allí empezó todo un proceso, con sus luces y sus sombras. Comprendí muchas cosas vividas en mi infancia, mi adolescencia, mi juventud… yo ya había entrado en los cuarenta.
Por eso, cuando trabajo con chicas jóvenes, sobre todo, les hago saber que son afortunadas por haberlo conocido a una edad más temprana, porque ello les va a permitir tenerlo en cuenta y cuidarse, aprender, disfrutar más aún de todo lo maravilloso que nos aporta el rasgo y de poder trabajar aquello que duele, que resulta difícil.
Es posible realizar este proceso de una forma más segura, esto es, leyendo todo lo que puedas sobre el rasgo desde las fuentes fundamentales (hay buenos libros, no cualquier artículo en internet) y conociendo a otras PAS.
Este proceso pasa irremediablemente por entender tu vida anterior y actual a la luz del rasgo. Todo lo que viviste intentando ser como los demás, adaptándote a los demás, a pesar de saber que aquello no era para ti o te resultaba extraño o desagradable.
Si quieres aprender a cuidarte y que tu vida sea más armoniosa, te sugiero que desde ya revises tu autoestima, tu descanso, tus dificultades para poner límites y para expresar (te) lo que sientes y necesitas.