El estrés, como cualquier otra situación emocional, se expresa en el cuerpo. Cada vez que vivimos una situación estresante, ésta se traduce en tensión muscular aunque sea discreta y no seas consciente de ella. Y a esa tensión se le van añadiendo otras por otras circunstancias, de modo que nuestra mente, capaz de recordar y anticipar va a conservar la preocupación a distancia, y sólo con pensar en ella nuestro cuerpo va a entender que estamos viviendo de nuevo esa situación y tenderá a contraerse.

Dado que para nosotras las PAS es sencillo estresarnos, necesitamos cuidar especialmente de nuestro cuerpo, que es la casa también de nuestras emociones, sentimientos y estados de ánimo.

Habitualmente buscamos un lugar con mayor tranquilidad, lejos de estímulos estresantes.

Hoy quiero proponerte, también como ayuda para los momentos de estrés, aunque no sea un gran estrés y para que los realices varias veces a lo largo del día, 𝐞𝐣𝐞𝐫𝐜𝐢𝐜𝐢𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐢𝐭𝐨𝐬 de 𝐚𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐫𝐩𝐨𝐫𝐚𝐥𝐞𝐬 a fin de que 𝐭𝐨𝐦𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐜𝐢𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 lo antes posible de esas tensiones musculares para bajar la presión y disminuir un poco esa tensión u otras acumuladas a lo largo del día.
Puedes hacerlo 𝐚𝐥𝐥𝐢́ 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐞́𝐬, se trata de 𝐥𝐨𝐜𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐫 𝐥𝐚 𝐭𝐞𝐧𝐬𝐢𝐨́𝐧 y comenzar a 𝐫𝐞𝐬𝐩𝐢𝐫𝐚𝐫 𝐥𝐨 𝐦𝐚́𝐬 𝐥𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐚𝐬, 𝐚𝐣𝐮𝐬𝐭𝐚𝐫 𝐭𝐮 𝐩𝐨𝐬𝐭𝐮𝐫𝐚, enderezando tu espalda, moviendo suavemente el cuello, los hombros, etc. No es nada nuevo pero a veces ocurre, que 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐞𝐫𝐜𝐢𝐚 de nuestros días, no tiene cabida dedicarle un paréntesis a nuestro cuerpo y por tanto a nuestra mente y espíritu.

¿Lo haces ya o te diste cuenta de que le prestas insuficiente atención a tu cuerpo a lo largo de un día? Cuéntame, te leo en los comentarios.

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